Que cómo empecé… (I)

Ma ha ocurrido muchas veces que la gente, cuando ve lo que hago con ordenadores y otros aparatillos electrónicos, no pueden evitar preguntas del tipo: ¿Dónde has aprendido tu eso? ¿Cómo empezaste?

Es por eso que me gustaría hacer un post explicando cómo empecé en el mundillo de los ordenadores, la programación, etc.. si bien es cierto que mis conocimientos tampoco son demasiado extensos.

Quizás todo empezó, por azar o por destino, gracias a la influencia de mis hermanos. Cuando tenía 8 o 9 años, ya circulaban por casa ordenadores de sobremesa que corrían Windows 95 e incluso portátiles con alguna distribución Linux.

Mi obsesión con esos ordenadores se basaba en encenderlos y apretar botones, pulsar lucecitas, ejecutar programas que ni yo sabía para qué servían. Recuerdo juegos pre-instalados en Windows 98 con demostraciones de juegos en 3D como gran novedad, aunque a mi nunca me llamaron los juegos y jamás lo han hecho.

A esta afición se le sumó el descubrimiento de Microsoft PowerPoint. Mis tardes se basaban en hacer “animaciones” de más de 100 diapositivas que contaban historias, contenían efectos, formularios. Para mi, una diapositiva de PowerPoint podía ser cualquier cosa, como si fuese una hoja de papel. Creaba facturas de compras, cajeros automáticos, teléfonos… Todo valía.

Un día, llegó a mi casa uno de los primeros routers con un servicio de Internet a 512Kbp/s, el cual emitía pitiditos que yo imitaba cada vez que me conectaba mediante un número de teléfono fijo de Telefónica y mi madre se quejaba de que no podía hablar mientras yo lo usaba. Creo que sería de los pocos de mi clase que ya usaban servicios como Messenger por aquella época, en los cuales me limitaba a tenerme agregado a mi mismo como único contacto. Junto con las conexiones a Internet, llegaron compañías como Wanadoo (la cual se fusionó posteriormente), y que tenían servicios para alojar archivos, páginas webs personales, etc.. Y es que, hubo una fuerte expansión de servicios del tipo “webcindario”, “espacios personales” y demás páginas webs que ofrecían la posibilidad de crear “espacios personales” con algunos widgets para visitantes, contadores de visita, scripts…

Supongo que sería entonces cuando pensé en transformar mis tan queridas diapositivas de PowerPoint en archivos web, quería que todo el mundo pudiese jugar con mis mundos virtuales y tarjetas de crédito en 2D. Al principio eran simples archivos .ppt transformados en .html, pero todo cambió cuando descubrí Microsoft FrontPage.

Empecé a entender y me pareció lógico que la gente que quisiese crear páginas web utilizase programas específicos para ello. Aún recuerdo las primeras que subí a Internet. Casi todas eran “redes sociales” para mis amigos, basadas en juegos que me inventaba. Quizás os preguntareis cómo gestionaba lo que los usuarios publicaban o enviaban y es que, por aquella época, yo aún no sabía nada de lo que era un formulario o lo que significaba programar. Para ello, ideé un sistema de emails en los cuales la gente me adjuntaba lo que quería y yo, abriendo mi FrontPage, modificaba las páginas “personales” manualmente, una por una, y las subía de vuelta al servidor.

Me gustaría compartir un ejemplo de estos emails, ya que los tengo guardados con bastante cariño: http://cl.ly/1v2B2g1G2k1P2h0l3o1E

Como vereis, era una especie de juego en el que la gente compraba habilidades y luchaban entre ellos. Ahora bien, debía gestionar cada compra, cada “lucha”, cada acción, manualmente. Siempre busqué la forma de automatizarlo, recibir datos, dinamizar mis webs. Recuerdo que me entusiasmó mucho el conectar la web con Outlook Express y, automáticamente, adjuntar los datos a modo de variable. Era un paso, pero no era del todo lo que yo buscaba.

Sinceramente, en esta etapa, un punto de inflexión ocurrió cuando mi hermano me sugirió recibir clases por parte de un amigo suyo de PHP. No me imaginaba para qué podría servir eso, y qué relación tenía con todo lo que a mi me gustaba hacer…